Los océanos del mundo -su temperatura, química, corrientes y vida- mueven sistemas mundiales que hacen que la Tierra sea habitable para la humanidad.

Nuestras precipitaciones, el agua potable, el clima, el tiempo, las costas, gran parte de nuestros alimentos e, incluso, el oxígeno del aire que respiramos provienen -en última instancia- del mar y son regulados por este. Históricamente, los océanos y los mares han sido cauces vitales del comercio y el transporte.

La gestión prudente de este recurso mundial esencial es una característica clave del futuro sostenible[1].

Visión de País

Al 2030, Ecuador se ha posicionado como uno de los países más megadiversos del mundo, liderando a nivel regional la implementación de la gobernanza marina transfronteriza, que se encuentra encaminada a conservar el gran ecosistema marino costero y hacer un uso responsable de los servicios y recursos provenientes del mar.

 Con un enfoque de protección y conservación, así como el soporte de la cooperación internacional para abordar problemáticas que sobrepasan límites marítimos, se ha consolidado la conformación de corredores marítimos, reservas de biosfera, áreas naturales protegidas y normativa nacional e internacional que viabiliza la gestión de estos sectores y permite establecer migravías que garantizarán la conectividad de los ecosistemas marinos para el tránsito adecuado de especies migratorias.

[1] https://www.un.org/es/impacto-acad%C3%A9mico/page/objetivos-de-desarrollo-sostenible

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