Los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM)[1] se enfocaron en mejorar el acceso al suministro de agua y saneamiento, garantizar la educación primaria, promover la igualdad de género, reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna y combatir el VIH/SIDA, así como enfermedades como la malaria y la tuberculosis. Ecuador cumplió con 20 de las 21 metas planteadas, destacándose en la reducción de la pobreza extrema, el acceso a trabajo decente, la educación básica universal y la atención a la salud sexual y reproductiva, entre otros.
Sin embargo, a pesar de los avances logrados por muchos países, subsisten problemas globales, como el aumento de las desigualdades, la persistente pobreza, conflictos continuos, la propagación de enfermedades contagiosas, el deterioro ambiental y el cambio climático, que se convierten en grandes desafíos.
En 2012, durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible en Río de Janeiro, se establecieron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para abordar los desafíos políticos, económicos y ambientales.
Durante la 70° Sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, celebrada del 25 al 27 de septiembre de 2015, los líderes de 193 países adoptaron una nueva agenda de desarrollo global para los próximos 15 años. Mediante la Resolución A/69/L.85, conocida como “Transformando nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, se estableció un plan de acción enfocado en las personas, el planeta y la prosperidad, con el objetivo de fortalecer la paz universal y la libertad. La erradicación de la pobreza en todas sus formas, incluida la extrema, fue reconocida como el mayor desafío y un requisito imprescindible para el desarrollo sostenible.
La Agenda 2030 también se comprometió a combatir todas las desigualdades dentro de los países, apoyada por una Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible revitalizada y medidas concretas de la Agenda de Acción de Addis Abeba, que abordan medios de implementación y financiamiento. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) sirven como herramienta de planificación y seguimiento a nivel nacional y local, apoyando a los países en su desarrollo sostenido a través de políticas públicas, presupuestos, monitoreo y evaluación. Asimismo, el aprendizaje entre pares y los Exámenes Nacionales Voluntarios (ENV), presentados anualmente ante el Foro Político de Alto Nivel sobre Desarrollo Sostenible (HLPF), son esenciales para cumplir con los objetivos.
Los informes de avances nacionales y globales pretenden mostrar acciones e iniciativas lideradas por el sector público, privado, la sociedad civil, academia y organismos de cooperación.
La pandemia del coronavirus ha retrasado significativamente los esfuerzos globales para cumplir los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. La propagación del Covid-19 ha impactado en la implementación de políticas públicas necesarias para alcanzar estos objetivos, evidenciando las debilidades de los sistemas de salud y aumentando las desigualdades en todos los niveles. El Informe de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de 2022 resalta que la pandemia ha exacerbado la pobreza extrema y la desnutrición infantil; además, ha afectado negativamente el acceso a la educación, con más de 140 millones de niños sin poder asistir a la escuela presencialmente, perjudicando su aprendizaje y bienestar.
La desigualdad pospandemia también se refleja en el aumento del desempleo, especialmente entre las mujeres quienes, además, han soportado una mayor carga de trabajo no remunerado en el hogar. Este contexto presenta grandes desafíos para alcanzar la Agenda 2030. En respuesta, el Secretario General de las Naciones Unidas ha hecho un llamado mundial para rescatar los ODS, instando a los países a cumplir sus compromisos de apoyo a las personas y comunidades más vulnerables. Además, se promueve el aumento de la inversión en infraestructuras de datos para que la información de calidad se convierta en una herramienta clave para priorizar inversiones y esfuerzos.
Durante la Cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en 2023, los gobiernos acordaron corregir las injusticias históricas del sistema financiero internacional para ofrecer a los países y personas más vulnerables la oportunidad de un futuro mejor. Este plan de rescate para las personas y el planeta es crucial, ya que en el camino hacia 2030, los ODS enfrentan serios problemas. Evaluaciones de 140 metas, aproximadamente, indican que la mitad están gravemente retrasadas y más del 30% no ha avanzado o ha retrocedido desde la base de referencia de 2015.
Si las tendencias actuales continúan, en 2030, 575 millones de personas seguirán viviendo en pobreza extrema y solo un tercio de los países habrá logrado reducir a la mitad su nivel de pobreza. La situación del hambre es alarmante, con niveles no vistos desde 2005 y precios de alimentos altos en más países. Las brechas de género en protección jurídica podrían tardar 286 años en cerrarse y, para 2030, en educación se proyecta que 84 millones de niños estarán sin escolarizar y 300 millones abandonarán la escuela sin saber leer ni escribir. Estos problemas reflejan la miopía de los sistemas económicos y políticos actuales, que también están fallando en la lucha contra la crisis climática.
La intensificación de la guerra contra la naturaleza agrava estos problemas, con la concentración de dióxido de carbono en niveles récord y el pequeño margen para limitar el calentamiento global a 1,5 °C cerrándose rápidamente. Para 2030, las fuentes de energía renovable seguirán siendo insuficientes y millones de personas carecerán de acceso a electricidad y dependerán de tecnologías contaminantes para cocinar. La deforestación y la extinción de especies continúan siendo problemas críticos, con la naturaleza esencial para nuestra vida y salud, pero con esfuerzos insuficientes para su protección[2].
La falta de progreso en los ODS afecta a todos, pero los países en desarrollo y las personas más pobres son las más perjudicadas. La combinación de crisis climática, Covid-19 e injusticias económicas ha reducido las opciones y recursos para cumplir los objetivos. En América Latina y el Caribe, la CEPAL estima que solo el 25% de las metas ODS con información muestran un progreso suficiente para su cumplimiento en 2030, mientras que el 48% tiene una tendencia correcta pero insuficiente y el 27% muestra retrocesos. Se necesitan políticas y acciones urgentes para contrarrestar las tendencias negativas, fortalecer las positivas y asegurar el cumplimiento de las metas con trayectoria correcta. La CEPAL recomienda examinar avances generales, mejorar la gobernanza y fomentar la participación de sectores públicos y privados para retomar el camino hacia el cumplimiento de los ODS.
[1] Naciones Unidas, Resolución A/RES/55/2* – Declaración del Milenio de Asamblea General ONU.
[2] Naciones Unidas, https://unstats.un.org/sdgs/report/2023/The-Sustainable-Development-Goals-Report-2023_Spanish.pdf?_gl=1*1um71gg*_ga*MTIyNjgyOTcxMS4xNzAyNjUxODQx*_ga_TK9BQL5X7Z*MTcxMDE2NDgwOC43LjEuMTcxMDE2NjczMy4wLjAuMA.